Prepárate para ver las Fiestas del Sexeni de Morella dentro de 6 años

Con la colaboración de la reportera de viajes Debolima

Efectivamente, no podrás volver a ver las singulares fiestas del Sexeni de la localidad de Morella (Castellón) hasta dentro de seis años, ya que el pasado domingo se celebraron y no se repetirán hasta el 2024. Esto viene ocurriendo así desde 1678, y para que vayas abriendo boca, por si se te hace muy larga la espera, te muestro algunas fotos y te cuento el por qué de esta tradición.

La fiesta en honor de la Virgen de Vallivana se celebra una vez cada seis años, el tercer domingo de agosto, desde 1678, y está catalogada como de interés turístico nacional desde 2012.

El fundamento de la fiesta tuvo lugar en la peste que asoló la población en 1672. En esa fecha se subió a la Virgen al pueblo, y las fiebres de los ciudadanos remitieron. A instancias de los vecinos del pueblo, el Consejo de la Villa decidió organizar un acto de Acción de Gracias a la Virgen de Vallivana, que se celebraría por primera vez en 1678 y se repetiría cada seis años hasta nuestros días, de forma prácticamente ininterrumpida.

El año anterior a la fiesta, se celebra El Anuncio. Desde 1903, durante los tres primeros domingos de Agosto, se plantan en barraquitas de madera en los callejones, unos ninots, se celebra un pregón con desfile de carrozas hechas de papel y se reza un rosario en la iglesia. El Anuncio tiene lugar en la iglesia, pero después adquiere un tono festivo, en el que los integrantes del Pregón se mezclan con una batalla de confeti y serpentinas.

El Año Sexto, es decir en el que se celebra la fiesta, se realiza una procesión en la que participan los diferentes gremios de la villa, con sus imágenes y personajes bíblicos. Por último, desfilan la bandera de Vallivana, los elets, los gremios de segundo orden y la cruz de la Basílica. 

Un artilugio llamado Taronja, similar a la Magrana de Elche, se abre en cuatro gajos cuando pasa la Patrona. Cuando se descubre, aparece un niño pequeño vestido de San Miguel que le canta unos versos.

Las calles del pueblo por las que pasean los vecinos y visitantes disfrutando de la fiesta, se cubren de adornos multicolores entre los que destacan las enramadas con guirnaldas que cuelgan de balcones y puertas, y que están hechas con flores de papel que elaboran las mujeres de cada barrio.

La villa es un derroche de colorido y de olor a hierbabuena que en algunos lugares se coloca.

 

  

Nos despedimos de la fiesta que hemos disfrutado el grupo de amigos mirando al cielo, no para ver si va a llover, sino para contemplar los paraguas colgados que, como en otras ciudades europeas, ahora son tendencia y cubren el techo de alguna calle, dándole un toque de ingravidez a la ciudad. 

Ya en el coche, y mientras nos alejamos, por el retrovisor disfrutamos de la bonita estampa del castillo de Morella, encaramada en el peñón que domina la villa, donde la gente sigue disfrutando de unas fiestas, a las que seguro volveremos dentro de seis años.

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Gracias!!!